lunes, 18 de noviembre de 2013

Nada hay más tozudo que los hechos

No queremos pecar de triunfalismo. De ningún modo queremos que nadie crea que el trance de los tribunales va a ser un paseo triunfal. Dos sentencias contrarias a los demandantes lo demuestran. Desconocemos los términos de las sentencias, así como las características de los demandantes. Sí sabemos que ambas han sido dictadas en los juzgados de Valladolid. ¿Tiene esto algo que ver con el hecho de que en Valladolid no se haya constituido ninguna plataforma de afectados? Es posible. Las plataformas -lo repetimos en cada asamblea y cada vez que tenemos la oportunidad- son un potente altavoz  de las razones de los afectados. Estas razones van calando poco a poco en la opinión pública y también en los jueces, que cada vez ven con más claridad dónde está la raíz del problema. Así lo reflejan estas dos últimas sentencias, que de nuevo anulan el contrato de compra de preferentes y subordinadas con Caja España y“declara igualmente nulo el canje obligatorio de las preferentes y subordinadas por bonos necesaria y contingentemente convertibles en acciones ordinarias de nueva emisión de Banco Ceiss, ejecutado en base a la resolución del FROB del pasado mes de mayo”. Eso es exactamente lo que venimos repitiendo una y otra vez y pedíamos a gritos por las calles de Salamanca el pasado sábado: Queremos que nos devuelvan nuestros ahorros ¡No al canje! ¡No al arbitraje!
La sentencia, además, explica la situación de los empleados que nos colocaron el producto. Es cierto que estaban presionados. También lo es que estaban incentivados. Pero muchísimos desconocían la naturaleza de los productos que ofrecían y la situación de ruina de las cajas. Ellos no deben ser, en principio, el objeto de nuestra ira. Quien urdió todo este fraude está más arriba y hasta allí iremos a buscarlos. Pero los empleados de Banco Ceiss deberían tentarse la ropa, ahora que se avecinan el arbitraje y el canje. Ahora sí saben qué es lo que pretenden tanto Banco Ceiss como Unicaja y el FROB. Ya no pueden alegar desconocimiento y la responsabilidad de sus actos sería plena. Esos empleados deberían plantearse colaborar con los afectados a los que vendieron sus productos para reforzar las razones de los demandantes y ayudarles en lo posible a recuperar sus ahorros. Desde aquí pedimos a nuestros socios que, si desde alguna oficina de Caja España o Caja Duero les llaman para convencerles de que acepten el arbitraje y el canje, nos lo comuniquen para ponerlo en conocimiento de nuestros abogados.
Esperemos que pronto la tozudez de los hechos (ver siguientes entradas) no deje lugar a dudas y nos den una solución definitiva.  

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