sábado, 25 de enero de 2014

LUCHARÉ TAMBIÉN POR TU CAUSA



Lucharé también por tu causa


Desde el momento en que nació nuestra Plataforma de Afectados fuimos muy conscientes de que la única razón que nos reúne (evito deliberadamente decir "une") es la voluntad de defendernos de los abusos de nuestras Cajas y de los responsables a nivel político y de gobierno, tanto nacional como autonómico, de la cosa económica y financiera y, por supuesto, luchar por la recuperación de nuestros ahorros usurpados de la única manera viable que permite nuestro ordenamiento jurídico: los Tribunales de Justicia. Aparte de esas motivaciones, sabíamos que a nuestra Plataforma se sumaría gente de toda ideología y de ninguna ideología, que cada cual tiene su manera de ver e interpretar la realidad, por lo que esta debía quedar relegada al ámbito de la intimidad si queríamos conservar nuestra unión y nuestra fuerza. En todo momento hemos procurado ser muy respetuosos con todos, conscientes de que los que se nos acercaban lo hacían en busca de asesoramiento y consejo y no de opiniones ni adoctrinamiento. Esperamos haberlo conseguido.
También hemos conocido a lo largo de estos meses a personas angustiadas con situaciones personales tremendamente difíciles; a otras de mucha edad que vivían este trance con gran sufrimiento y estrés. El dinero es importante, pero no es lo más importante. No frente a la posibilidad de perder la salud o a la angustia insuperable de arriesgar todo lo que se tenía. Por eso no juzgamos y comprendemos a los que han seguido el camino del canje y del arbitraje. Les deseamos de todo corazón que la operación les salga lo mejor  posible y que nuestra desconfianza en la limpieza de las intenciones del FROB y de Unicaja no fuesen más que paranoias nuestras. Y no me gusta que nadie (ni mi admirado Ernesto Rodera) se refiera a esa decisión con expresiones como la de "bajada de pantalones". Además y por encima de todo, cada uno es libre de hacer con lo suyo lo que le parezca.

Por eso mismo, porque el dinero que nos quitaron es nuestro y tenemos el derecho de hacer con él lo que nos parezca, los que continuamos aquí nos la vamos a jugar, lo vamos a arriesgar a todo o nada y vamos a ir hasta el final, pase lo que pase, porque 
no estamos dispuestos a consentir que los que se pusieron de acuerdo para desplumarnos se salgan con la suya. Si no les paramos los pies y se lo permitimos, mañana volverán a hacer otra jugada semejante. Pero si se llevan un buen zarpazo, la próxima vez, estos o los que les sucedan, se lo pensarán un poco más. 

Tenemos que hacer algo por terminar con la impunidad vergonzosa de los ladrones y estafadores que campean a sus anchas en nuestro país. A luchar se aprende luchando. No importa la causa, si es justa hay que defenderla. Ahora estamos por un asunto de dinero. Pero al lado están luchando porque esos mismos bancos que nos han arruinado y que hemos rescatado con nuestro dinero, nos lo estén agradeciendo arrojando a miles de familias de sus casas, con la ayuda del Estado y del Ministerio de Justicia (el mismo que ha intentado ponernos barreras para que no podamos acudir a los tribunales a defendernos). Allá están desmantelando los pocos servicios que ofrecían nuestros pueblos (sanidad, servicios, transporte, escuelas...) y provocando su despoblación y muerte. En Burgos es un bulevar, en otro lado un parking o un hospital... La lista es muy larga. Hagamos de todas y cada una de las causas nuestra causa y unámonos para defenderlas como hemos hecho para defender lo nuestro, porque es la única manera de sanear un sistema que no funciona a causa del escandaloso nivel de corrupción que ha alcanzado. 



Estamos pagando muy caro el error de haber permitido que los políticos se hayan apoderado de nuestra democracia, del Estado y de las Instituciones de todos y los hayan gestionado a su conveniencia como si fuera su finca privada. Tenemos que luchar también, igual que luchamos por nuestros ahorros, para que nos devuelvan la democracia, o para que de una vez nos la entreguen, pues mucho me temo que nunca la hemos tenido realmente. Recuperemos la capacidad de decidir, de quejarnos, de protestar, de obligar a nuestros políticos a trabajar a nuestro servicio y no al revés.
Cualquier injusticia, cualquier atropello que dejemos pasar sin denunciarlo y sin unirnos para luchar por que se enmiende nos irá haciendo cada vez un poco más débiles, un poco más pobres, un poco más mansos, un poco más tontos...


Luis Arranz

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