Isabel Carrasco, la mujer de los 12 sueldos
Es la protagonista del penúltimo escándalo de los penúltimos minutos relacionado con el saqueo de las cajas de ahorros. En este caso se trata de la nuestra, de Caja España-Duero y la "presunta" desfalcadora es la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, aunque es posible que la hayan confundido ustedes con la irrepetible Carmen Maura en alguno de sus histriónicos y geniales personajes almodovareños. Aunque seguramente doña Isabel no pensaba en eso al disfrazarse, sino que su inspiración parece ser más bien la media aritmética entre la Nancy Zarina y la Arzobispa de Constantinopla.
Esa ¿señora? está siendo ahora rastreada por la Fiscalía de León por el hecho que reproducíamos arriba.
Desde luego que la cuantía de sus sisas no ha sido el motivo de la quiebra de la caja, pero el hecho es representativo de la quiebra moral de esa gente que la ha gestionado a su capricho, sin otro objetivo que el de lograr el máximo beneficio personal de cualquier modo y en el menor tiempo posible. Un mindundi solo, por muy chorizo que sea, no puede arruinar una entidad de la solvencia de nuestras cajas regionales. Pero la suma de mindundis, ineptos, ladrones y ambiciosos, puestos de acuerdo o haciendo la vista gorda y continuados en el tiempo durante demasiados años sin ningún control sí ha acabado por hacerlo. Y cuando ya se veía el fondo de las arcas, les entra el pánico y se inventan el truco de las subordinadas y las preferentes, hechos en los que la Fiscalía anti-Anticorrupción no ve ningún indicio de delito.
La cutrez, la codicia más cateta, la baja estofa ética, la pérdida de cualquier referencia de dignidad de los que tuvieron (y algunos siguen teniendo) alguna responsabilidad en la gestión de Caja España y Caja Duero nos han llevado a la situación en que nos encontramos.
Nos imaginamos que la señá Isabel no sería la única en cometer esas bajezas, más inaceptables aún por innecesarias, porque no creemos que esas cantidades de que hablamos sean relevantes para una persona con tal acumulación de cargos y sueldos. Suponemos que esa actitud responde más bien a un reflejo corporativo compartido con todos sus alegres compañeros consejeros, presuntamente justificado en sus degradados fueros internos con el argumento de "si todos lo hacen, yo no voy a ser menos". Y a los ojos de la atónita opinión pública, mientras no se depuren responsabilidades, en ese saco entran todos: directivos de las cajas, autoridades municipales, cargos de las Diputaciones provinciales, políticos de los partidos mayoritarios, sindicatos y yo no sé cuántos más. Por eso es muy importante para los que estén libres de pecado (si es que hay alguno), que se señale y se juzgue a los culpables.
Hasta ahora sólo ha habido una persona que haya tenido la decencia de dar la cara y desmarcarse de la cuadrilla de Caja España-Duero: José Antonio Turrado, secretario autonómico del sindicato agrario ASAJA y miembro del consejo de administración de Caja España hasta el año pasado y que el pasado 27 de enero testificó a favor de un matrimonio afectado por preferentes. Esperamos (aunque sentados) que el ejemplo cunda.
Luis Arranz
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