A partir del 1 de octubre de 2014, los principales bancos españoles activarán un protocolo especial para excluir de sus planes delictivos a todos los ciudadanos mayores de 75 años que hayan contraído el virus de la gripe aviar, o se hallen convalecientes de esa enfermedad, con un máximo de siete semanas desde que hubieran sido dados de alta.
El histórico pacto incluye un compromiso firme de no colocar a estos clientes productos tóxicos de rentabilidad ponzoñosa cuyo plazo de amortización finalice en una era posterior a la moderna, “siglo arriba, siglo abajo”, según palabras del propio portavoz de la Asociación Nacional de Banca.
El protocolo de protección a estos ciudadanos no solo se establecerá en las propias oficinas bancarias que suscriben el pacto de no agresión sino que se extenderá también a los domicilios de los beneficiarios para evitar que cualquier comercial furtivo del banco pueda acceder de alguna manera a la cama del cliente enfermo y colocarle el tóxico. Al parecer, la Guardia Civil concederá un permiso especial a los clientes enfermos para que dispongan de una escopeta con cartuchos de sal, siempre que no la utilicen fuera del lecho.
Las Cajas de Ahorros no descartan sumarse al pacto en 2016, pero dejarán de regalar bolígrafos de propaganda a esos clientes protegidos.
El PSOE pedirá que se incluya también en este pacto a los jubilados que acaben de caer por un terraplén de más de cuatro metros y a aquellos cuya cabeza se encuentre en el interior de las fauces de un tigre de Bengala.

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