viernes, 30 de mayo de 2014

Y SEGURAMENTE NO ESTÁN TODOS LOS QUE SON

La cúpula de Caja Duero guarda silencio tras su imputación en el caso Nozar

Mesonero, García Monge, Pedraz y Pastor evitan pronunciarse sobre su inclusión en la investigación por administración desleal en una operación ruinosa que costó 90 millones

30.05.2014 | 10:40

 Los miembros de la Comisión Ejecutiva de Caja Duero en 2008 incluidos en el "caso Nozar"prefirieron guardar silencio este jueves después de conocer que el juez les ha imputado en la investigación por supuesta administración desleal en una operación ruinosa de Caja Duero con la constructora Nozar que costó a la entidad más de 90 millones de euros, 55,8 por la compra del edificio de la calle Titán de Madrid y otros 34,5 más por un préstamo posterior. El juez les llamará el próximo mes de julio a declarar como imputados para conocer su responsabilidad en el proceso.

Juan Antonio Martín Mesonero aseguró desconocer la imputación, mientras que Víctor Pedraz reconoció que no había recibido la notificación oficial cuando se conoció la noticia el pasado miércoles, además de que tras cinco años no recordaba nada sobre las operaciones de Nozar. Lo que sí constató es que todas las actuaciones, incluida esta, eran aprobadas por el Consejo de Administración y por la Junta de Castilla y León.

Por su parte, Isaías García Monge reconoció que no había recibido ningún comunicado. "Hasta que no llegue no sabré nada. Por lo demás, todo lo que tenga que decir se lo diré al juez", trasladó.Gerardo Pastor no contestó a las llamadas, mientras que Julián Lanzarote manifestó que desconocía las novedades de la investigación.


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COBRAR DIETAS TIENE UN PRECIO

Algunos de los que se sentaban en los consejos de Administración de las cajas creían que su misión se limitaba a cobrar jugosas dietas y a decir amén a todas las barrabasadas que les proponían los directivos. Así ocurrió durante muchos años en Caja Duero, bajo el mandato de un médico llamado Julio Fermoso, a quien nunca se le debió consentir ponerse un sueldo astronómico y convertirse en primer ejecutivo de la entidad. En aquellos tiempos se admitía a personajes con escasa o nula formación (el caso del electricista Martín Mesonero) en el núcleo de las tomas de decisión de la Caja, es decir, en la Comisión Ejecutiva. Pero mire usted por dónde, el cobro de esas decenas de miles de euros que se embolsaban Mesonero, García Monge, Pastor y compañía (Julián Lanzarote se libra de momento, quizás por ser aforado) tiene sus consecuencias. Las dietas pueden salirles caras si, como entiende el juez, todos ellos recibieron la información suficiente como para detectar el chanchullo que suponía la adquisición con sobreprecio de un edificio y la compra de acciones de tres empresas ruinosas a una firma que debía 120 millones a Caja Duero, sin adoptar las mínimas precauciones para que ese dinero (90 millones de euros) volviera a la entidad. era, a todas luces, una ruina para la Caja y un chollo para Nozar. Así que nunca es tarde si la justicia actúa con firmeza.
JULIÁN BALLESTERO (Opinión. Jueves, 29 de mayo de 2014)

Fuente: La Gaceta de Salamanca

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