El consejo de ministros del pasado viernes rechazó finalmente el controvertido rescate de cuarenta y siete euros para tres familias numerosas de Castellón, cuyos miembros están en paro desde que le tocó la lotería a Carlos Fabra por primera vez, y aprobó un nuevo paquete de ayudas a Bankia que ya está provocando las primeras reacciones de repulsa en todos los partidos de la oposición, y una denuncia de Amnistía Internacional ante el tribunal de Estrasburgo.
Según las declaraciones que ofreció De Guindos en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros, el Gobierno se dispone a proporcionar setecientas vírgenes jóvenes al consejo de administración de Bankia, además de la posibilidad de que en las próximas semanas se pudiera proceder al sacrificio de quince mil maestros de secundaria y ochocientos mil pacientes de la sanidad pública para acabar de satisfacer a la entidad financiera. Al parecer, las vírgenes serán seleccionadas por el color de sus ojos, la tersura de su piel y su languidez a la hora de ejecutar los bailes que les sean solicitados por los directivos.
De Guindos quiso insistir en que estas ofrendas son absolutamente necesarias para que España salga de la crisis y los directivos de Bankia recuperen la ilusión y el ánimo necesarios para volver a hipotecar a siete millones más de españoles a la mayor brevedad posible.
El ministro también dijo que los sacrificios de los maestros y los pacientes se harán ordenadamente, en grupos de cien, desde varios acantilados diferentes de la costa gallega, y se acompañarán con la lectura de unos versos de Nietzsche y la armónica de algún voluntario.